Solo quien ha vivido en una casa sin armarios empotrados conoce realmente el valor de los mismos. Un armario empotrado marca la diferencia entre una vivienda cómoda con infinitas posibilidades a una en la que nunca encontramos el espacio suficiente para almacenar ropa y que, además, resta metros cuadrados de la mano de armarios independientes.
Un espacio perfectamente integrado y personalizado
No solo pasan desapercibidos, son más limpios, duraderos y nos permiten ganar espacio, es que además se integran a la perfección con el diseño de la habitación. Los empotrados son armarios hechos completamente a la medida e integrados en una de las paredes del dormitorio. Tanto es así que pueden aprovechar esta por completo, llegando de pared a pared y del suelo hasta el techo, sorteando cualquier obstáculo (ventanas o columnas) o adaptándose no importa a qué forma (techos abovedados, áticos, etc.), lo cual representa su mayor ventaja, pero no la única.
Los armarios empotrados pueden emplear uno de sus cuerpos para albergar una zona abierta en la que ubicar un escritorio, un espejo con baldas o un práctico banco en el que sentarse. Además, gracias a su máxima personalización, nos permiten elegir cualquier tipo de revestimiento y, lo más importante, cualquier diseño para las puertas, sean de apertura exterior o correderas. Esto último es importante porque serán las grandes protagonistas, ya que llenarán por completo la pared.
En este sentido, podemos optar por láminas de madera en blanco mate con uñeros para armarios que pasen totalmente desapercibidos, por puerta pintadas con colores vivos o por modelos que combinen cristal y que podremos adornar con una bonita tela.
Interiores a la medida: la respuesta a todos tus problemas de orden
Las posibilidades en el interior de un armario empotrado a medida son infinitas. Podemos diseñar una zona exclusiva para los zapatos o sombreros, conceder más protagonismo a la zona de perchas para colgar vestidos u otras prendas largas o incluir cajoneras en toda la parte baja para los jerséis y camisetas.
En estas últimas, además, podemos incluir compartimentos para guardar correctamente la ropa interior o las corbatas y pañuelos, dejando espacio también para la bisutería. En los altillos, aquello que usamos menos o que es de temporada quedará perfectamente recogido.
Toda tu ropa clasificada, guardada, a mano y estirada, ¿qué más se puede pedir para un dormitorio?