Mantener la cocina limpia y como el primer día puede resultar bastante complicado si no se sabe cómo hacerlo. De hecho, muchas familias consideran frustrante el hecho de no poder disfrutar de una cocina impecable más allá de un puñado de años, al fin y al cabo, invertimos una cantidad enorme de expectativas cuando la montamos por primera vez, así que queremos que se mantenga impecable el mayor tiempo posible.

Pues bien, esto no es difícil, en absoluto, solo se trata de seguir algunas recomendaciones sobre limpieza y mantenimiento que no requieren de un gran esfuerzo por nuestra parte.

 

  1. Zona de cocción, siempre a punto. Limpia la vitrocerámica o placa de inducción diariamente con un producto especialmente indicado para ello, de tal forma que no dañes ni rayes la superficie, y ayúdate de una cuchilla especial para eliminar los restos de comida. No debes olvidar la limpieza en profundidad de la campana extractora, sobre todo del filtro, cada 15 días, pues acumula gran cantidad de grasa, y de los azulejos frontales cuando se noten las salpicaduras o, al menos, una vez a la semana.
  2. Protege la encimera. Sigue las recomendaciones del fabricante sobre cuidados diarios y el uso de productos de limpieza idóneos según el tipo de material escogido (agua y detergente PH neutro suele ser lo más recomendable), el no hacerlo podría deteriorar el color de tu encimera para siempre. También es aconsejable contar con una amplia tabla de madera sobre la encimera en la que poder depositar superficies muy calientes, cortar alimentos o en la que manipular productos frescos o pescado y carne cruda, de esta forma no tendrás que acudir a desinfectantes en aerosol que podrían resultar muy agresivos.
  3. El frontal de los muebles también necesitan limpieza y no precisamente una vez al año, como hacemos con los azulejos o los altillos de la cocina, sino de forma semanal, pues se llenan de grasa con gran facilidad, al igual que los tiradores. Bastará un paño húmedo para solucionarlo.
  4. Limpia y despeja la cocina después de cada comida, te costara tan solo unos minutos y evitarás la aparición de olores, los restos de comida incrustada y la pereza de tener que recoger una cocina donde los platos sucios se acumulan en cada esquina. Si el suelo está muy sucio, no tardarás nada en barrerlo al final del día, puedes dejar la fregona para ocasiones más esporádicas, por ejemplo una vez cada 15 días, a no ser que sea imprescindible.
  5. Desinfección en el frigorífico, el microondas y el horno. Son los grandes olvidados, sin embargo, su limpieza debería ser más habitual para evitar la aparición de suciedad y malos los olores. Emplea productos indicados para cada caso y utilízalos al menos una vez al mes.
  6. Los grifos y fregaderos, si son de acero inoxidable, necesitarán que pases una bayeta húmeda diariamente y, una vez al mes, que utilices un desinfectante anti cal no agresivo que evite la perdida de brillo.
  7. El orden también es limpieza, al menos visual. Mantén la encimera despejada y todos tus utensilios de cocina bien colocados, sobre todo si cuentas con baldas o estanterías abiertas, pues aumentarás la sensación de amplitud e higiene, además de evitar cercos imposibles de borrar, rayones o marcas inesperadas. Ya sabes, en la cocina, mejor cuanto menos a la vista.
  8. Sacar la basura y ventilar, a diario. El cubo de basura es un gran foco de contaminación, así que, además de desprenderte de tus residuos a diario deberías limpiarlo semanalmente. En cuanto a la ventilación de tu cocina, sigue la rutina diaria que empleas para toda la casa, abre las ventanas durante unos minutos para favorecer el intercambio de aire.

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