Existe una nueva tendencia en cocinas que rompe el mayor mito en decoración de nuestro tiempo: el de que un elemento rústico es imposible de encajar en una cocina moderna. Y todo gracias a los fregaderos rústicos de cerámica y conocidos como Belfast. 

Efectivamente, los fregaderos Belfast se han convertido en un elemento muy cotizado para cualquier cocina innovadora que se precie. Sus cualidades y características estéticas han hecho de esta pieza la última tentación, y los múltiples modelos que encontramos en el mercado, una apuesta asequible para cualquier proyecto de cocina y hogar.

 

Belfast, un fregadero con muchas opciones 

Los fregaderos Belfast suelen comercializarse en tonos blancos, forma rectangular, con un acabado esmaltado y en grandes dimensiones, sobre todo en lo que respecta a su profundidad. Esta última peculiaridad convierte dicho modelo en una pieza de deseo para los amantes del espacio y la capacidad a la hora de lavar utensilios de cocina o alimentos. Pero no solo destaca la funcionalidad de estos nuevos fregaderos, muy novedosos en nuestro país, también sus múltiples opciones estéticas.

En primer lugar, los fregaderos Belfast permiten su integración en prácticamente cualquier cocinaPueden colocarse bajo la encimera para evitar los cantos y conseguir una mayor sensación de continuidad, limpieza y armonía. De esta forma, solo dejaríamos al descubierto la parte frontal del mismo, que quedaría al nivel de las puertas del mobiliario. O por el contrario, pueden colocarse de forma tradicional, dejando a la vista todo el perímetro del mismo, para que salga unos centímetros sobre la encimera, e incorporar en la pieza el propio grifo de cocina. En este caso, la parte frontal también se adelantaría respecto al resto del mobiliario. 

Sea como sea, lo cierto es que quien apuesta por este tipo de fregadero desea que dicha pieza contraste con el resto de la cocina y llame poderosamente la atención.

 

Una pieza que pega con todo

Blancos y esmaltados, estos fregaderos de cerámica combinan a la perfección con cualquier tipo de cocina, no solo rústica, y de encimera: silestone, corian, mármol, madera, etcétera. Es más, en el mercado aparecen continuamente modelos nuevos que tratan de encajar en estilos decorativos más arriesgados. Así, encontramos apuestas en negro mate o confeccionadas con acero. Sin embargo, existe un común denominador a todos estos modelos: su resistencia y durabilidad. Un fregadero Belfast es un fregadero de cerámica para toda la vida. 

 

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