El mundo de la decoración reivindica de nuevo el concepto vitrina en las cocinas más innovadoras. Apuesta así por un elemento que parecía haber caído en desuso a pesar de sus enormes posibilidades y gran belleza. Te contamos todas sus ventajas, algunos inconvenientes y cómo integrarlas en tu proyecto de renovación de cocina.

Muy ligeras: un punto y aparte en el mobiliario

Una de las principales características de las vitrinas en el mobiliario de cocina o de salón y comedor es que aportan ligereza al conjunto visual de la estancia. Esta cualidad toma especial relevancia en mobiliario rústico, de madera o cuando se apuesta por colores oscuros en los acabados, pues contribuye a suavizar y descargar la composición al introducir un elemento transparente, que refleja la luz y que nos muestra el fondo.

También nos ayuda a romper el diseño cuando este es excesivamente monocromático o muy continuo. Por ejemplo, en cocinas muy alargadas donde hemos decorado solo un lateral, en cocinas pequeñas y con gran cantidad de almacenaje superior que apenas cuentan con luz natural, en armarios integrados para el salón que ocupan toda una pared y donde las puertas son las grandes protagonistas…

Las vitrinas logran ese sensación de ruptura que se necesita cuando apostamos por modelos con capacidad extra de almacenaje.

Sofisticadas y llamativas, saca provecha a las vitrinas

Las vitrinas, al ser de cristal, aportan ya de por si un plus en sofisticación. De hecho, llaman poderosamente la atención. Esta última cualidad ha de saberse aprovechar. Podemos hacerlo instalando luz directa en las mismas, apostando por modelos que incluyan papel decorativo en el fondo o adornado su interior con elementos impactantes.

En este sentido, existen mil y una posibilidades. Si no las conoces, siempre podrás dejarte asesorar por un equipo acostumbrado a renovar cocinas con mucho gusto e imaginación.

Todo en orden y limpio: el gran sacrificio de las vitrinas

Las vitrinas nos obligan a dos cosas: a mantener la limpieza de los cristales y el orden en su interior. De lo contrario, lograremos justo el efecto inverso al deseado, se convertirán en elementos cargantes y romperán el equilibrio logrado con el resto del mobiliario. La imagen del interior de la vitrina lo es todo.

De hecho, se puede ir más allá y apostar por objetos de decoración especialmente bellos, como una vajilla decorada a mano especial o un juego de café o té que te guste especialmente. Lo más importante, sin embargo, es que todo esté en su sitio.

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